

101
INFORMACIÓN ECONÓMICA. CUENTAS ANUALES E INFORME DE GESTIÓN 2015
Arabia Saudita, Corea del Norte etc.) y el hecho de estar ya inmersos en una campaña electoral a la presidencia de los
Estados Unidos en la que se están viendo posicionamientos políticos de espectro bastante más amplio que el habitual
en otras citas electorales anteriores, la situación por lo que respecta al panorama económico a nivel global se torna
profundamente compleja.
El resultado final de todo lo anterior ha sido un comienzo de año con caídas generalizadas en las Bolsas y fuertes
correcciones en casi todos los mercados cómo consecuencia de una espiral de venta generalizada de títulos por parte
de inversores deseosos de deshacer sus posiciones ante el temor de que los factores de riesgo que hemos apuntado
puedan finalmente devenir en una nueva recesión. A fecha de hoy este proceso continúa abierto.
En realidad estas correcciones tan abruptas en los mercados de valores están teniendo lugar en un contexto en el que
la evolución económica de los países de la Unión Europea evidencia un mayor dinamismo respecto a años anteriores si
bien las tasas de crecimiento (se estima un 1,6% para el conjunto del año) distan de ser espectaculares; se observa en
todo caso que dos de los países más rezagados (Francia e Italia) parecen haber cobrado algo de impulso mientras que
Reino Unido sigue creciendo por encima de la media de la Eurozona.
Por lo que se refiere a España y como mencionábamos anteriormente, los datos de que se dispone a la fecha de
formulación de estas Cuentas Anuales muestran que el PIB habría crecido en torno a un 3,2% en 2015, una cifra cercana
al doble de la tasa que se espera para Alemania, cuatro veces superior a la de Italia, más de dos veces y media la de
nuestros vecinos franceses y un tercio más alta que la del Reino Unido, es decir un registro nada desdeñable aunque
como la crisis azotó a nuestro país de manera mucho más severa que al resto de los miembros de la Unión Europea, se
necesitarían aún bastantes más ejercicios creciendo más que ellos para reequilibrar las posiciones relativas que existían
en 2007.
En todo caso, estos registros no deben menospreciarse y son sin duda alentadores: pensemos que el consumo habrá
crecido en el año más que el propio PIB y que ello ha actuado como catalizador de un mayor dinamismo en el mercado
de trabajo que, si bien se ve lastrado todavía por una desproporcionada tasa de desempleo que asciende al 20,9%, ha
sido capaz de crear 525.000 nuevos puestos de trabajo en el ejercicio, reduciendo dicha tasa en más de cinco puntos
desde el pico del primer trimestre de 2013.
No debemos tampoco obviar que a la evolución positiva de la economía española en 2015 ha contribuido una serie
de vientos de cola que de manera simultánea han ayudado a la recuperación y que han sido la caída de los precios del
petróleo (una buena noticia sin paliativos para un país energéticamente tan dependiente como es el nuestro), la rebaja
fiscal tanto a empresas cómo a individuos y la continuación de la política monetaria expansiva por parte del Banco
Central Europeo.
Junto con el alto índice de paro, hay otros dos aspectos que merecen la atención en la evolución de la economía
española en el ejercicio y estos no son otros que el endeudamiento frente al exterior (por lo que respecta a la deuda
pública se habrá superado el 100% del PIB a finales de año) y el déficit de las Administraciones Públicas, que claramente
ha sobrepasado lo comprometido con la Unión Europea.
En este escenario económico de luces acompañadas de algunas sombras cobra importancia la incertidumbre política
asociada a lo fragmentado y complejo del resultado de las Elecciones Generales celebradas el pasado 20 de diciembre y
de las que aún no se ha derivado no sólo la formación de un nuevo gobierno sino ni tan siquiera la expectativa de que se
pueda llegar a hacerlo sin necesidad de una nueva llamada a las urnas. En estos momentos se están produciendo tanteos
y conversaciones entre el PSOE (al que se ha encomendado el cometido de intentar llegar a acuerdos tendentes a
completar un proceso de investidura) y otros partidos del arco parlamentario sin que sea posible aventurar si finalmente
será posible conformar una mayoría suficiente o si nos veremos abocados a celebrar nuevas elecciones.
De todas maneras y sea cual sea el resultado final de todo lo anterior es evidente que cuanto antes se sea capaz de
formar un nuevo gobierno y terminar con la actual situación de impasse legislativo mejor será para el país en su conjunto
ya que, en el clima actual de volatilidad e incertidumbre a nivel global, la falta de estabilidad política no ayuda sino más
bien lo contrario