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MEDIASET ESPAÑA COMUNICACIÓN, S.A.Y SOCIEDADES DEPENDIENTES

Por otro lado hemos asistido a una caída de los precios del petróleo hasta límites no vistos desde hace trece años, lo

que en mayor o menor medida ha propiciado y está propiciando situaciones de tensión social en aquellos países cuya

dependencia de los ingresos fiscales procedentes de aquel es fundamental para el sostenimiento de las prestaciones

sociales y otros servicios básicos.

Si a todo lo anterior sumamos (seguramente se trata de fenómenos correlacionados con los factores económicos

antes mencionados) un incremento en las tensiones geopolíticas en ciertas zonas concretas del planeta (Siria, Irak, Irán,

Arabia Saudita, Corea del Norte etc.) y el hecho de estar ya inmersos en una campaña electoral a la presidencia de los

Estados Unidos en la que se están viendo posicionamientos políticos de espectro bastante más amplio que el habitual

en otras citas electorales anteriores, la situación por lo que respecta al panorama económico a nivel global se torna

profundamente compleja.

El resultado final de todo lo anterior ha sido un comienzo de año con caídas generalizadas en las Bolsas y fuertes

correcciones en casi todos los mercados como consecuencia de una espiral de venta generalizada de títulos por parte

de inversores deseosos de deshacer sus posiciones ante el temor de que los factores de riesgo que hemos apuntado

puedan finalmente devenir en una nueva recesión. A fecha de hoy este proceso continúa abierto.

En realidad estas correcciones tan abruptas en los mercados de valores están teniendo lugar en un contexto en el que

la evolución económica de los países de la Unión Europea evidencia un mayor dinamismo respecto a años anteriores si

bien las tasas de crecimiento (se estima un 1,6% para el conjunto del año) distan de ser espectaculares; se observa en

todo caso que dos de los países más rezagados (Francia e Italia) parecen haber cobrado algo de impulso mientras que

Reino Unido sigue creciendo por encima de la media de la Eurozona.

Por lo que se refiere a España y como mencionábamos anteriormente, los datos de que se dispone a la fecha de

formulación de estas Cuentas Anuales Consolidadas muestran que el PIB habría crecido en torno a un 3,2% en 2015,

una cifra cercana al doble de la tasa que se espera para Alemania, cuatro veces superior a la de Italia, más de dos veces y

media la de nuestros vecinos franceses y un tercio más alta que la del Reino Unido, es decir un registro nada desdeñable

aunque como la crisis azotó a nuestro país de manera mucho más severa que al resto de los miembros de la Unión

Europea se necesitarían aún bastantes más ejercicios creciendo más que ellos para reequilibrar las posiciones relativas

que existían en 2007.

En todo caso, estos registros no deben menospreciarse y son sin duda alentadores: pensemos que el consumo habrá

crecido en el año más que el propio PIB y que ello ha actuado como catalizador de un mayor dinamismo en el mercado

de trabajo que, si bien se ve lastrado todavía por una desproporcionada tasa de desempleo que asciende al 20,9%, ha

sido capaz de crear 525.000 nuevos puestos de trabajo en el ejercicio, reduciendo dicha tasa en más de cinco puntos

desde el pico del primer trimestre de 2013.

No debemos tampoco obviar que a la evolución positiva de la economía española en 2015 han contribuido una serie

de vientos de cola que de manera simultánea han ayudado a la recuperación y que han sido la caída de los precios del

petróleo (una buena noticia sin paliativos para un país energéticamente tan dependiente como es el nuestro), la rebaja

fiscal tanto a empresas como a individuos y la continuación de la política monetaria expansiva por parte del Banco

Central Europeo.

Junto con el alto índice de paro, hay otros dos aspectos que merecen la atención en la evolución de la economía

española en el ejercicio y estos no son otros que el endeudamiento frente al exterior (por lo que respecta a la deuda

pública se habrá superado el 100% del PIB a finales de año) y el déficit de las Administraciones Públicas, que claramente

ha sobrepasado lo comprometido con la Unión Europea.

En este escenario económico de luces acompañadas de algunas sombras cobra importancia la incertidumbre política

asociada a lo fragmentado y complejo del resultado de las Elecciones Generales celebradas el pasado 20 de diciembre y

de las que aún no se ha derivado no sólo la formación de un nuevo gobierno sino ni tan siquiera la expectativa de que se

pueda llegar a hacerlo sin necesidad de una nueva llamada a las urnas. En estos momentos se están produciendo tanteos